dia 87
Hay veces en las que no consigo despertarme de un sueño, ¿no te pasa? Lo llaman pesadillas, pero yo creo que son otras vidas paralelas en las que decido suicidarme al abrir los ojos.
También hay veces en las que oigo llorar a los hijos que nunca tendré y entonces noto la inutilidad de mis ovarios.
Hay días que te miro y se me da la vuelta al estómago. Hoy por ejemplo, nada más despertarme... y después de hace tres años. Ahora te pagan por cocinar y yo ahora soy una preguntona a sueldo, ya ves, lo que nunca quise ser.
Quizás mis palabras pierdan valor cuando salen de mi boca, sólo porque la entonación se ha gestado en mi garganta.
Hay gente que utiliza su garganta para intentar ser feliz y vomitar todo lo que nunca debieron haber ingerido; pero también hay otras personas que la utilizan para cantar canciones de amor para perros abandonados en las cunetas de las autopistas.
Hay días que te miro sin que lo percibas. Y sonrío. Suelen ser todos. Aun te admiro, te quiero y te deseo más de lo que hubiera imaginado nunca. Me gusta eso, que no te des cuenta de que te miro desde una ventanita mientras tú sigues haciendo ensaladas de vida. Pero también me gusta incordiarte en la enjuta cocina pasando por tu lado y haciendo como que voy a coger algo de la nevera para robarte un beso en el cuello. Hoy hace dos años que decidí vivir contigo para siempre y aun no sabes que cuando duermes, enciendo el ordenador para cocinarte los versos más dulces.
Comentarios
me gusta tu blog es original!
hasta la proxima!
Volveré. Besos.
es una poesia preciosa.