Dia 98


Hay bares en los que no sabes muy bien por qué has entrado, pero conoces a la perfección el motivo de no abandonarlos durante toda una tarde.
La esencia de la autenticidad es un motivo de búsqueda en la vida. Y... una mirada ajada por el tiempo que vio una guerra, la decepción y la alegría, atraviesa la barra hasta llegar a mi percepción ocular.
La miro sin rodeos hasta acostumbrarme a sus arrugas. Y encuentro en el epicentro de su pupila un astuto descaro a la muerte. Una rebeldía impropia de esa edad indescifrable que propicia una mirada. Y me sumerjo en ella, me dejo llevar por la curiosidad y la impostura hasta penetrar dentro de una vida.
No es fácil , es una labor propia de un sacerdote o del médico del pueblo. Pero yo vivo en el laboratorio de iris incansables.
Ahora tendría la escusa de la tinta huidiza del bolígrafo, pero no, esta estilográfica llamada teclado nunca se cansa. Me canso yo de ella. Tenemos que acostumbrarnos la una a la otra. Como cualquier convivencia en la que el amor tiene mucho que decir.

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