Día 10



No pienso dejar ni una esquina
de tu callejero sin besos.

Saludaré a la cámara
brindaré cada uno a la salud de la censura
y te miraré de reojo cuando te des la vuelta.
He aprendido a tragarme palabras,
a resucitar muertos, hablar con mis fantasmas,
a desnudarme sólo cuando no me lo pedían,
vestirme de más y discutir en silencio.
Me podrías haber hecho desaparecer
pero era cómodo tenerme entre tus metas
de fantasías de otoños infinitos,
manos frías y caminos de tierra.

Te lo advierto, no pienso dejar ni una esquina
de tu callejero sin besos
y no tengo gps.

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