Día 17




Llegar a casa es oler a hogar,
quitarse los zapatos
saber encontrar con los ojos cerrados
y sentir abrazos en el umbral después de una cena con amigos.

Llegar a casa es pensar en meterse en la cama
es una ducha calentita después de un día horrible
es una intimidad buscada
y un rincón que habla de tus perversiones.

Llegar a casa es volver a los recuerdos,
a los proyectos.
Tirarse sobre el sofá más cómodo que existe
y bajar las persianas en días de malas madrugadas.

Llegar a casa también es contemplar fotos de los ausentes
con sus sonrisas de vacaciones.
El baño en el que echas las horas
Los ruidos que nadie escucha
Cantar en alto en el pasillo
Y pasear sin ropa para coger algo de la cocina

El sábado encontré mi hogar en tu mirada,
desde entonces tengo el corazón (y el estómago) bajo cartones.

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