Día 39


Tu me piensas en Tiffany's
pero yo a tí detrás de cada muslo
existente entre mis ojeras y tus pupilas.
A veces uno agradece que le crucen el alma con una buena hostia
y así poder explicar todo lo nunca dicho.
Por las frentes marchitas, los infiernos acomodados,
los tragos del pasado...
por la sangre acumulada
y los insultos en forma de sonrisa.
Gracias por esa mirada que duele
y por tus abrazos envueltos en marihuana.
De la torpeza bucal, los semáforos en rojo y
los gatos negros ya hablaremos,
pero antes,
concédeme este baile.

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